El calor del verano, hace que el apetito de los niños cambie, igual que nos pasa a los mayores. Lo habitual es que les apetezca más beber que comer y lo que les apetece comer son cosas fresquitas. Las cosas frescas no tienen por qué ser helados industriales, patatas fritas y chucherías que lo único que hace es aportarles azucares de los malos.

Vigilemos que nuestros niños coman de forma saludable también en verano para estén hidratados y bien nutridos y para que no pierdan los hábitos que han ido adquiriendo durante el curso.

Si juntamos las verduras y frutas de temporada con un poquito de imaginación…¡tenemos la fórmula para que no echen de menos los helados comerciales!

Os dejamos aquí algunas ideas de recetas que hemos recopilado para vosotros, esperamos que os gusten. ¡A disfrutar comiendo!

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